Ritz
Conoció a Ritz hace mucho tiempo. Al principio, fue bastante hostil con ella, la veía como una amenaza para el y para el bosque.
Sin embargo, con el paso de los días la ha visto como un ser inofensivo. Con apariencia agresiva, pero de corazón puro e inocente.
No tiene rivalidad con los demonios, pero su actitud alocada y nada agresiva (Con el paso del tiempo), le hace que pensar sobre quienes son los buenos y quién los malos.
Aún con eso, la considera una poderosa aliada y alguien en quien confiar.
La primera vez que vio a la elfa, fue en una subasta de esclavos. Estaba llena de magulladuras y cicatrices. Pagó la suma cantidad de 1000 monedas de plata.
No buscaba una esclava ni una hembra con la que saciarse. Solo buscaba salvar su vida ya que, se lo decía el instinto.
Tras llevarla a su bosque, ha comprendido que ella también es un ser ligado a la naturaleza.
A pesar de que al principio su actitud era de desconfiada, con el paso del tiempo han forjado un vínculo complicado de explicar con meras palabras.
Procesa un gran afecto por ella, más que el de una simple amistad.
Edhemara Vaa'lar
Kai Okami
Nunca tuvieron demasiada rivalidad en el Clan, pero desde aquel día, todo fueron riñas y pullas cargadas de odio. Hasta tal punto, en el que Kai abandonó a su hermano.
No ha tenido mucho contacto con el desde entonces, sabe que es un hombre ejemplar entre los humanos y que posee muchos aliados.
Sin embargo, Haru espera enmendar su error, desde aquella conversación con el espíritu de su padre y hacer las paces. Al fin y al cabo, les une la sangre. Y aunque ambos no lo sepan, se necesitan el uno al otro.
Magnus
Fue Magnus quien buscó la leyenda del último de los Okami. Y tras encontrarlo, forjaron una amistad que perduraría más allá de la muerte.
Fue el quien hizo que Haru dejase de ser hostil con los humanos. Fue el quien le enseño a Haru el don de la magia. Fue el quien construyó con la ayuda del Okami, una cabaña en medio del Bosque con alta tecnología. Un lugar de encuentro para ambos amigos.
Magnus al poder viajar entre épocas, de vez en cuando se reúne con el Alfa para ponerse al día.
Gwen
Gwen es, con diferencia, el primer vampiro cuerdo que conoce. En un pasado creyó haberlos exterminado a todos. Y, aunque cientos de años después se haya dado cuenta de que había fallado en su prometida venganza, no podía estar más ``feliz.´´
Gracias a ello, había conocido a una mujer ambiciosa, sin pelos en la lengua y, por encima de todo, con las cosas claras.
Por algún motivo que aún desconocía, cazaba a los de su propia especie. Aun con eso, ha tenido varias conversaciones con ella, todas interesantes. Le da un punto de vista que, nadie más le había dado previamente.
La No-Humana debería ser consciente de que si algún día necesitaba la ayuda de Haru, este accedería sin dudar.
La verdad es que la primera vez que se conocieron, fueron en tiempos oscuros para la rubia. Por mucho que el Okami tratase de poner la otra mejilla, Haleth perdió a su ser más querido.
Aunque Haru no fuese el culpable, de alguna forma se siente responsable.
Trata de enmendar su error casi a diario y siempre que mantiene una conversación con ella, trata de tener una sonrisa. Sabe mejor que nadie que se siente al perder un ser querido.
Aún con eso, ve a una mujer de gran corazón, algo escaso hoy en día.
Haleth
Dominik
Dominik fue en un pasado, uno de los romances de Haru. La primera vez que se sintió atraído por un hombre.
Al principio, Haru se sentía intrigado por los orígenes del hombre ya que, era medio dragón.
Pasados los meses, acabaron forjando un vínculo que no duró demasiado. Aun así, el Okami le recuerda con cariño. Era un hombre solitario, pero con buenas intenciones. No quería hacerle daño a nadie por miedo a lo que el era.
Myst
EN ESPERA DE INFORMACION
Nouri
La amistad con Nouri empezó de forma confusa y con un único propósito: Desahogarse.
Con el paso del tiempo, la relación de ambos amigos se hizo más amena y el Okami le hizo saber que si necesitaba un hogar, el Bosque podría serlo.
Sabía cuán había sufrido la Twi'Lek, así que no podría abandonarla a su suerte. Siempre tendría un lugar al que llamar hogar y, a un amigo en el que poder refugiarse.