

Nombre: Haru
Apellido: Okami
Edad Aparente/Real: 20-425
Origen: Bosque Alis Lithban
Sexo: Masculino
Altura: 1,90
Peso: 80
Orientación sexual: Bisexual.
Ocupación: Macho Alfa del Clan


Cuando David y Anne decidieron tener el Primero de sus hijos ya habían hecho que el Poblado Okami creciera considerablemente gracias a las indicaciones de su Dios, el cual le otorga su Don al Primero de todos, David, ya tenían escogido cuál sería el nombre de su primer descendiente.
Una noche fría y lluviosa Anne por fin pudo dar el alumbramiento de Haru, el cual nació sin dar problema alguno este fue recibido de inmediato por la bendición de Okami, un aura azulada rodeó al pequeño hasta que este acabó por callar el llanto que estaba formando escandalosamente...Y Okami hizo que se relajáse. Los días pasaron y Haru iba aprendiendo mas y mas sobre los pasos que debía seguir al ser el próximo Alfa.
En el transcurso de la relación que se creó entre ambos hermanos realmente muy cercana, Haru cuidaba por encima de todo a Kai, aunque este no tuviese la licantropía le trataba como si la tuviese y de una forma tan cercana que no hizo con nadie de la Aldea, les unía un vínculo de sangre perfecto, eran uña y carne uno ofrecía su sabiduría con estrategia y el otro fuerza con agilidad y destreza.
No se tardó mucho en preparar la primera Prueba y última a la que se ofrecería voluntario el hermano mayor, Haru, pues en ella obtendría su licantropía y una experiencia inolvidable, consistía en acudir solo a las profundidades del Bosque, unas protegidas en el que solo David se adentraba, en él habitaban bestias que superában en fuerza y número a los carnívoros corrientes. Haru pasó la prueba sin problemas, estuvo en ese lugar cosa de 6 meses totalmente aislado del Poblado y manteniendo conversaciones a Diario con Okami el cual le guiaba por senderos y batallas contra bestias, hasta que una noche dio lugar a la Transformación, la edad normal en la que se conseguía aquello rondaban los 15 años, pero Haru, con solamente 10 ya estaba capacitado mental y físicamente ante tales adversidades que la prueba le preparó, por algo era hijo del Primero de todos. Pues volvió a la aldea como un héroe, su próximo Alfa estaría garantizado, David aplaudió a su pequeño, parecía ser que las sospechas de Okami eran ciertas, este superaría con creces a su Padre y se haría de respetar.
Fue cuestión de...¿Horas, días? Todo era eterno para los que sabían la noticia, hasta cuando en una noche totalmente intranquila se cubrió de gritos de gente, de pasos que se acercaban sin cesar y de un olor característico a la sangre, cuando Haru salió de su cabaña no tardó en ver lo que sucedía, su Poblado estaba siendo arrasado por los Sanguinarios, todos estaban peleando con uñas y dientes transformándose en cuanto tenían oportunidad llevándose a unos Sanguinarios de por medio, pero Claro, ellos contaban con el factor sorpresa y todos acabaron muertos o inconscientes, los Sanguinarios no podían alimentarse de ellos así que en cuanto lo único que se podía escuchar en el Poblado era el sonido de las llamas estos dejaron el lugar aterrados, no por miedo, sino que el fuego era su mayor debilidad.
En toda aquella masacre Haru no pudo hacer nada, a la mínima que salió de su cabaña acabó inconsciente en el suelo por un golpe en la nuca que le dieron.
Cuando abrió sus ojos lo único que vio fueron imágenes borrosas, su Madre…¡Seguía viva! y tras comprobar los que seguían vivos en la aldea, se alejó de esta no sin antes darle un beso en la cabeza y una caricia tanto a Haru como a Ka, incluyendo un beso en sus labios a su profundo amor, David dándole igual si estos seguían con vida o no, necesitaba vencer la traición que se había cometido, vengar a su Poblado, a su marido, a sus hijos...A los inocentes. Partió entonces con los soldados más fuertes que quedaron en el poblado, por no decir los únicos que seguían con vida.
Cuando Haru pudo incorporarse su hermano estaba allí, en el centro de la aldea, rodeado de cadáveres. Se levantó con cuidado y caminó con torpeza hacía él, el cual se giró con un profundo odio sus ojos seguido de lágrimas.
-Kai: Sigues vivo...Bien, pues no deberías estarlo…¡Mira lo que ha pasado! ¡Te lo advertí, Haru, te advertí que esto sucedería y que tu eras el único capaz de hacer algo por solucionarlo pero no lo hiciste! ¿¡Me oyes!? ¡ES TU CULPA, TUYA Y SOLO TUYA, NO TE ACERQUES A MI, TODOS HAN MUERTO POR TU CEGUERA, TODO SE HA DESVANECIDO POR TU CULPA, TE ODIO! -Lleno de rabia y de ira propinó un puñetazo al moreno en su cara, y este se cayó al suelo no por el golpe, sino porque tenía razón. En tanto Kai ya había salido corriendo del lugar, no quería volver a saber nada de el y le culpará por toda la eternidad.-
-Haru: Es...Culpa mía...Todo esto… -Elevó su mirada para observar alrededor, toda la muerte que por su culpa había sido creada, y una enorme brecha y cicatriz se formó en su corazón, algo que se quedaría allí para siempre, marcándole de por vida.-
Los días pasaron...Las semanas pasaron a ser meses...Y los meses años, pues durante todo ese tiempo el moreno había estado entrenándose, debía vengar y enmendar lo que fue el error más grave de toda su vida, Okami estaba con él y no le culpaba, realmente sentía pena por él y le ayudaba en todo lo que podía. Su fuerza se incrementó considerablemente, sus habilidades crecieron hasta límites insospechados y su autocontrol fue tan grande que podía incluso mostrar partes de su otra forma a placer si así lo deseaba.
Siguió rastros, pistas, informaciones de los humanos, hasta finalmente dar con el paradero de los Sanguinarios, tan sólo le separaba del enorme castillo un Puente...un territorio lleno de problemas pero que pudo cruzar sin ningún temor.
Una vez llegó a la Gran puerta principal esta se abrió por sí sola y fue entonces cuando supo que le estaban esperando, sin más dilación, se adentró en aquel lugar seguro de si mismo y vistiendo ropajes adecuados de su aldea, pues en su espalda llevaba el manto que le había regalado Okami por su esfuerzo, era una prenda especial.
-Haru: Salir de una vez, no tengo todo el día.
-Lord Ren’Ak: Vaya vaya, Haru Okami..¿Tanta prisa tienes por acabar con todos nosotros? Solo eres uno...Y nosotros somos más de mil.
-Haru: No me importa cuantos seáis, salir de una vez, Okami reclama venganza.
Pues en cuanto entró en aquel lugar dejó de sentirle cerca de el.
-Lord Ren’Ak: -Finalmente se dejó ver haciendo una reverencia hacia el Okami.- ¿No me vas a dejar que te de un poco de sangre? La de tu Padre esta exquisita… -Dio un sorbo a la copa que tenía entre sus manos.-
Finalmente la provocación había funcionado, pues en cuanto Haru hizo un movimiento para atacar este se vio rodeado de al menos 20 Sanguinarios, parecía que la charla se había terminado y así era, se concentró y en un abrir y cerrar de ojos, todos los Sanguinarios se encontraban degollados por una Garra que residía ahora en lo que era la mano buena del moreno. Lord Ren’Ak atónito hizo una señal con dedo y salieron Sanguinarios una y otra vez, sin cesar, Haru esquivaba, golpeaba, arañaba, desgarraba todo lo que veía, finalmente transformándose en el lobo negro Alfa que era, algo que no pudo mostrarles la otra vez, cuando se convirtió en el obtuvo una agilidad y fuera completamente sin igual, se movía con total agilidad por las estatuas y paredes que tenía a su alrededor, aprovechando todo su entorno hasta finalmente acabar con todos ellos, solamente unos rezagados que pudo acabar con ellos mientras anulaba la transformación. Haru y una sala totalmente rodeada de cuerpos degollados y desmembrados, era el resultado de tanto entrenamiento, ahora solamente quedaba el Okami y Lord Ren’Ak, pues cuando este finalmente decidió enfrentarse a el la poca luz que dejaba ver las velas preparadas por ellos mismos para que nos les afectase, la estáncia entera de arriba abajo estaba sumida en una oscuridad, algo que favorecía al contrincante del Okami, ya que la oscuridad era su Territorio, el Okami cerraría sus ojos, preparándose.
Lord Ren’Ak: Estás muerto...Muerto de miedo...Pánico...Temor es lo que asola tu corazón..Algo tan frágil hay que liberarlo..Tu Padre cayó como un estùpido en nuestras garras...Era tal su codicia que no pudo ver mas allá de lo que ansiaba salvar a su Pueblo...Pero tu eres fuerte, Haru...has superado a todos los Okami con creces...Déjame darte la libertad que anhelas...Acepta el Abrazo de las Sombras y te otorgare todo cuanto desees...Tan solo levanta los brazos…
Fue entonces cuando el moreno levantó sus brazos, había estado escuchándole todo el rato y parecía que este de nuevo consiguió su propósito, cuando el Sanguinario sonrió en su oscuridad el moreno abrió sus ojos, mostrando una tez rojiza en ellos, había caído en su trampa, había estado ocultándolo durante tanto tiempo para mostrarlo en ese momento, los ojos de un verdadero Alfa, algo que le otorgaba ciertas características especiales, pues se movió a toda velocidad viendo perfectamente en la oscuridad, colocó su mano sobre el Lord Sanguinario y antes de aplastarsela con una fuerza sobrehumana dijo unas palabras.
-Haru: Nunca subestimes a un Okami...Aunque ahora solo quede uno.
Finalmente acabó por explotar su cabeza y haciendo que la luz volviese al lugar, jadeó del cansancio que todo aquel esfuerzo le producía, pero necesitaba darse unas vueltas por el castillo hasta el último rincón hasta asegurarse que les había extinguido a todos, una vez lo comprobó todo, se retiró del castillo dejándolo totalmente intacto, lo único diferente que había era el símbolo de los Okami en el enorme portón de la entrada, quizás volvería a ese lugar.
Una vez terminó aquello volvió a su Bosque, su hogar, el cual estaría solo a partir de ahora, pero cuidaría de todo aquello aunque le costase la vida, ese era el trabajo del Alfa.


<--Haru en la actualidad-->
