Aaron no fue un niño de muchas palabras ya que su padre le trato con dureza desde el princípio, no porque no le quisiese, sino porque si el iba a ser el próximo ``Alfa´´ del clan, no podría quedarse atras en sus enseñanzas y dejó que este fuese su mentor para aprender incluso el camino de la Licantropía.
Cuando tenia 12 años y supero las primeras pruebas que su padre le habia encomendado se dirigió al bosque y tal como le prometió a su padre, se iría completamente solo allí para poder superar la prueba final, aquella que constataría que podria ser un gran líder el cual cuando podrían volver a hacer que su Clan volviese a existir y fuesen mas de 3 miembros como eran actualmente. Durante aquella prueba pudo aprender a sobrevivir y hacer saber a los animales de la zona que el era quien mandaba y que tampoco iba a ser una amenaza para todos, solo asesinaria a los animales necesarios para alimentarse...Aunque una noche de luna llena lo cambio todo, ya que sufrió la primera transformacion la cual fue agonizante. Sentia como si sus huesos se rompiesen uno a uno, habia pensado en quitarse la vida por tal dolor, pero deshizo la idea en cuestion de segundos al recordarse a si mismo porque estaba ahi, y repetirse una y otra vez quien era y el legado que representaba. 
Al día siguiente volvió a su casa, habia concluido aquel mes y mostro un rostro completamente maduro a su padre, el gran hombre solo asintió y le tendió la mano a su hijo, estaba completamente orgulloso de el y que superase la prueba final daba honor a las palabras que le iba a brindar.
--Haru: Bien hecho Aaron, sabia que lo conseguiri....
-Sus palabras fueron cortadas ya que el pequeño le golpeo la mano, no porque le odiase sino porque estaba llorando, fue corriendo hacia la biblioteca principal de aquella enorme casa y tras buscar por decenas de libros logro leer la verdadera historia de su clan y que fue lo que sucedio aquella noche donde los Sanguinarios les traicionaron.-
-Se paso dias sin comer, subsistiendo como podía por los zumos que su madre le dejaba en la puerta, necesitaba leer y conseguir aquello que anhelaba encontrar-
-Al cabo de una semana salió de allí con la cara roja y los ojos cansados, apenas habia dormido, se dirigio hacia su padre y le dio un abrazo susurrando cosas que el mayor no entendio, pero comprendió aquello que queria decir-
-Despues de aquello Aaron fue creciendo junto a sus padres y su hermana, sintiendose uno con el bosque, escapaba cada dia en busca de respuestas que nunca llegarian, hasta que 14 años despues en aquella rutina tomo una decisión. Habia leído en aquellos libros una antigua civilización llamada ``Arcadium´´ la cual parecía avanzar hace siglos a una velocidad completamente vertiginosa, y quizas ellos tendrían todas las respuestas que el azabache estaba buscando-
-Tras despedirse de su hermana y madre, las cuales lloraban como nunca por la marcha de su hijo, el juró que volvería dentro de poco, solo necesitaba que le esperasen quizas un par de años, diez en total, pero necesitaba respuestas y encontrar aquello que se le había encomendado hace 14 años, en aquella transformacion. Le dio la mano a su padre y este solo pudo sonreir aunque en el fondo estaba dolido, de todos modos debia aceptarlo-
--Aaron: Padre, volveré aqui, pero necesito que me dejes ir, hay algo que debo saber y descubrir.
--Haru: Lo se, Aaron, pero antes de que te vayas...-Le tendió en la mano de su hijo un pequeño lobo hecho de madera-Esto me lo hizo mi padre a mi, y ahora quiero que lo tengas tu, ahora no sabras lo que hace pero...Lo sabras cuando llegue el momento.
--Aaron: -El azabache solo asintió y acarició el hombro de su padre, seguido de un beso en la mejilla de su madre, y despues abrazo fuerte a su hermana, la cual extrañaria más que a nadie- Por cierto, Saya...Antes de que me vaya ten. -Se saco de su bolsillo una piedra con forma de corazón- Feliz cumpleaños. -Dicho aquello solo sonrio mirando a su familia, dandose la vuelta y caminando hacia un nuevo destino para el-